Cómo la moda ha reaccionado al conflicto de Ucrania
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Cómo la moda ha reaccionado al conflicto de Ucrania

La industria de la moda ha sido protagonista en las últimas semanas de mensajes en contra de la guerra a través de sus colecciones

La moda no es solo estética. Sería una simpleza asumir que la moda está únicamente ligada a tendencias, looks extravagantes o la combinación de prendas. 

La moda va mucho más allá de titulares o de alfombras rojas, porque desde hace centurias ha estado ligada a la historia, a clases sociales y a cambios que solo podrían denominarla como un ente con vida. Más allá de un movimiento social, la moda se ha convertido en un reflejo de la vida, una voz y un eco de la sociedad que transita y de cada uno de los individuos que demuestran su ser y sus pensamientos a través de ella.

Desde febrero hemos sido testigos de cómo la guerra actual entre Ucrania y Rusia ha marcado miles de vidas y también de las transiciones socio- políticas que han estado aconteciendo en las últimas semanas.

Alejados, más o menos físicamente de lo que ha estado ocurriendo con la población ucraniana, es innegable que este acontecimiento ha desencadenado pensamientos y reflexiones que nos han tenido pegados a las pantallas con el ansia de conocer y de realmente esperar, que esta terrible lucha llegara a su fin.

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Sería casi presuntuoso afirmar que la guerra ha marcado la moda en algún aspecto, pero así ha sido. Porque como te he adelantado, era imposible que algo tan grande no marcara a uno de los negocios más prósperos de este siglo, y mucho menos, a la cantidad de gente que se dedica a ello.

Aunque tendamos a catalogarla como un negocio, paralelamente a la industria como tal, no se puede olvidar que la moda es arte, una canción cantada desde el primer boceto, una creación única en cada una de las manos que sueñan desde el primer dibujo hasta la última puntada.

En las redes sociales pudimos ver el primer eco a través de los mensajes de solidaridad que tanto artistas como marcas promulgaron a favor de parar la guerra. Pero los desfiles que acontecieron en Paris o Nueva York este mismo año, nos adelantaron que la moda venía pisando fuerte y no precisamente en cuanto a tendencias. Había algo mucho más importante que debía ser hablado, y como conducto social de gran impacto es innegable que el mensaje ha llegado a todos aquellos que han seguido sus pistas.

Uno de los primeros en sorprender, fue el diseñador Giorgio Armani en la Semana de la Moda de Milán, que presentó su colección de otoño- invierno rodeado de un inmenso silencio como símbolo de respeto a todos aquellos que estaban siendo víctimas de la guerra. Paralelamente, Balenciaga también emitió un mensaje inequívoco de apoyo presentado las novedades de la marca en un desfile en el que fuimos testigos de modelos que desfilaban con dificultad por un escenario rodeado de una improvisada tormenta de nieve.

La simpleza en los colores fue también un mensaje claro; el blanco y negro dominaron el escenario hasta la llegada de los dos últimos looks de la colección que rompieron con esa especie de filtro black and white para mostrar los colores de la bandera de Ucrania.

Las grandes industrias de la moda de a pie, tampoco han podido quedarse de brazos cruzados ante la situación y marcas como H&M o Zara han cesado temporalmente de vender productos en Rusia, a pesar de que es el país con más tiendas del buque estrella de Amancio Ortega.

Es innegable, observar una conjunción en como la sociedad y la moda han tenido un vinculo prístino en los últimos años. Pudimos verlo durante la pandemia, el hueco que dejo en las cifras de una de las industrias más rentables del mundo. Los looks se redirigieron totalmente hacia básicos como jeggins o jerséis y pudimos ver pocas propuestas de fiesta. Vimos como la industria rebobinaba y se ceñía a ofrecer al público lo que necesitaba.

En un momento crítico, la moda se puso a disposición del pueblo para cubrir sus necesidades. La reventa también se popularizó de manera masiva desde entonces, un nuevo enfoque de responsabilidad ambiental y de un impulso por encontrar prendas con historia. Se popularizó el mensaje de sostenibilidad que hasta entonces no había alcanzado suficiente relevancia, el público empezaba a elegir prendas respetuosas en mayor medida y a dar valor y reutilizar la que ya tenían.

moda comoda

A pesar del contexto y dentro de un caos que esperamos que termine pronto, los últimos años también han servido para fortalecer una moda que está rompiendo los estereotipos de género en corrientes como el genderless del que Harry Styles se ha vuelto un embajador aventajado, pero también son cada más los diseñadores que apuestan por la creatividad y el reciclaje de materias primas en cada uno de sus proyectos.

Estamos ante la posibilidad de que durante los próximos tiempos encontremos alternativas más sostenibles pero que también los acontecimientos pasados nos hagan volver a recordar el valor de lo que tenemos, de dar una segunda oportunidad a nuestro vestuario y consumir con responsabilidad.

Hemos visto listas de espera para encontrar productos debido al tráfico internacional que impera en prácticamente todas las marcas. No creo que exista un momento más indicado para volver a encontrarnos con nuestro alrededor y apoyar  a los artistas, creativos y artesanos de a pie. De volver a creer en los milagros y construir una sociedad más fuerte aprendiendo de los errores del pasado.

La moda puede cambiar y lo está haciendo. Pero seremos nosotros con nuestras elecciones los que conseguiremos terminar de conseguirlo.

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