Encuentra los mejores tips para aprender a ser más imaginativa y darle nuevas utilidades a la ropa que no usas
¿Cuántas veces has encontrado una blusa, chaqueta o vaquero en tu vestidor que ni siquiera recordabas? ¿En alguna de estas ocasiones tenía incluso la etiqueta colgada?
Si es así, no te sientas mal, casi todo el mundo ha sufrido alguna vez esta situación.
A veces, tenemos flechazos venidos por el ansia o las rebajas, que a todos nos han hecho comprar algo que, en realidad, no íbamos a usar.
Aunque ahora sabemos que uno de los pasos más importantes para ayudar al medio ambiente es reducir nuestro consumo y adquirir aquello que necesitamos, quizá sigas teniendo ropa vieja y no sabes muy bien que hacer con ella. Si es así, toma nota de estos consejos y encuentra el que mejor se adapte a tu caso.
1. Revende y ahorra

Una de las principales misiones de reconducir la industria de la moda es reducir el consumo de lo que compramos para evitar producir más residuos en los vertederos y en el medio ambiente. Por ello, comprar menos y reutilizar son algunas de las opciones más eficientes para cumplir con este objetivo. Sin embargo, el mercado de segunda mano, a parte de permitir que nos hagamos con prendas vintage con mucha historia y estilo, es una oportunidad maravillosa para que otra persona pueda llegar a querer alguna de nuestras prendas tanto como nosotros lo hicimos.
Puedes hacer uso de algunas plataformas de compra venta como Vinted o Depop , para comprar y vender; además puedes investigar si existen tiendas de segunda mano en tu zona. Recuerda que también hay ferias y eventos que se celebran en ciudades cada año, con los que con muy poco presupuesto puedes conseguir auténticas joyas. A parte, a través de la reventa puedes conseguir vaciar un poco tu armario y sumar dinero evitando que esa prenda acabe en el vertedero.
2. Busca que tengan una función hasta el final
Si podemos afirmar algo sobre nuestras abuelas, es que eran auténticas expertas en aprovechar lo que tenían. Desde aplicar parches y aprender a coser prendas, hasta darles nuevas aplicaciones a las cosas rotas que no podían ser reparadas. Por ello, aplícate esta misma lógica y la próxima vez que se te rompa una camiseta, por ejemplo, córtala en tiras y con los pedazos crea trapos para limpiar la casa.
Aunque no podremos utilizarlos durante mucho tiempo, le habremos dado una segunda oportunidad antes de reciclarlo y habremos ahorrado en comprar unos nuevos.
Si la prenda en cuestión que ya no puedes aprovechar, cuenta con un estampado que te encanta, mi consejo es que lo recortes y lo guardes para poder utilizarlo para personalizar tu bolsa de compra, tu estuche o incluso otra prenda.
3. Conviértelo en otra cosa
A veces, solo necesitamos un poco de imaginación y maña para visualizar todas las posibilidades que nos ofrece nuestra ropa. ¿Te has planteado alguna vez convertir alguno de tus accesorios en un objeto de decoración para tu casa?

Hace un tiempo, una persona me regaló una bufanda con una textura maravillosamente suave que, sin embargo, no conseguía combinar con ninguno de mis looks diarios. La guardé entre mis cajones, esperando poder darle una oportunidad hasta que fui consciente de que, con mi estilo, iba a ser muy difícil que esto pasara. En ese punto, me planteé si regalarla o venderla era la mejor solución para que alguien más pudiera disfrutarla.
Pensando en las posibilidades, me di cuenta de que llevaba un tiempo queriendo un cojín de ese color para mi sofá y apenas encontraba opciones. Así que, tijeras en mano, la deshice y valiéndome de mis habilidades (y un poco de ayuda de youtube), conseguí convertirla en un precioso cojín. Si tienes alguna tela que aprecies especialmente, no te centres en lo que es en este momento, sino en lo que podrías convertirlo para darle otro uso.
4. No tengas miedo de la aguja y el hilo
Muchas veces, cuando sufrimos un cambio de peso, hemos optado por la alternativa de comprar mucha ropa nueva a sabiendas de que no era siempre necesario. No recicles o vendas tu ropa a no ser que estés muy seguro de que no vas a poder usarla, y en el caso de que te haya quedado grande, no tengas miedo de coger el hilo y aguja y ajustarla a tu cuerpo. En el caso de que no sepas, siempre puedes acudir a una modista para que te haga el trabajo.
Por otro lado, dependiendo de tu estilo, puedes convertir la ropa tantas veces como quieras, por ejemplo, si te has cansado de tus jeans largos puedes convertirlos en unos shorts o una camiseta que no se ajustaba bien a tu altura, la puedes recortar hasta convertirla en un crop top.
5. El upcycling para las prendas más especiales

Mucha gente consigue por deseo o por suerte, una de esas prendas de las que es casi imposible desprenderse. Puede ser que recaiga en tus manos por herencia de una madre o abuela o que investigando hayas encontrado un tesoro con muchísimas posibilidades que necesita de algunos detalles para modernizarse o amoldarse a tu estilo.
En ambos casos, tienes en tus manos una prenda que significa mucho para ti y con la que existe un vínculo, pero no tienes muy claro qué es lo que le falta para poder hacerla tuya de nuevo. Si te ha pasado, uno de los métodos más útiles para solucionarlo es el upcycling o rediseño creativo, que se basa en convertir una prenda en otra de mayor valor a través del arte y la personalización. En DOS, tienes la posibilidad de contarnos la historia de tu prenda y decirnos qué es lo que te gustaría que fuera y transmitiera, para poder conseguir un diseño que sea tuyo y que utilices toda tu vida.
Una manera de ser diferente y de poseer algo de valor, sin perder tu esencia.
*********
¿Cúales son tus trucos para aprovechar la ropa vieja? ¡Cuéntanos en comentarios!
Leave a Reply